viernes, 4 de abril de 2014

¿Se puede enseñar a escribir?

Hanif Kureishi, escritor británico de escritura narrativa, calificó como “una pérdida de tiempo” los cursos de escritura creativa. Durante el Festival de Literatura de Bath que se llevó a cabo el primer fin de semana de marzo en Inglaterra, el escritor Hanif Kureishi criticó los talleres y maestrías de escritura creativa y aseguró que el 99.9 por ciento de sus estudiantes “puede escribir frases, pero no contar una historia sin causar aburrimiento”. Dijo además que esa no es una habilidad que pueda enseñarse. No le bastó a Kureishi con eso. Dijo también que los talleres tienen muchos profesores, que se enseñan cosas inútiles y que no pagaría por uno. Esto a pesar de que él es docente de escritura creativa en la Universidad de Kingston en Londres, por lo que algunos lo han tildado de hipócrita. Para Isaías Peña, director del Taller de escritores de la Universidad Central, si no existe en el profesor o escritor un conocimiento serio y preciso acerca de los procesos de la creación literaria y sólo es una máquina de información o un mercachifle que únicamente habla de las vanidades del arte, si no existe una cadena de pasos que, de verdad, abrevien las etapas que conforman una carrera, si el taller es una charlatanería de escritores famosos con estudiantes esnobistas, en fin, no pagaría por entrar en un curso de escritura creativa, A lo mejor, Kureishi lo que quiere es que todos, incluido él, todos, sean premios Nobel. Pero esa, tampoco, es la meta de un curso de creación literaria. Para Marta Orrantia, escritora y docente de la Maestría de escritura creativa de la Universidad Nacional, lo dicho por Kureishi es "engañoso y torpe". Asegura que es cierto que el talento no se enseña, pero esto ocurre con todas las disciplinas. "Supongo que no hay facultad posible que convierta a todos sus músicos en Hendrix, o a todos sus artistas en Picasso, y sin embargo nadie dice que esas facultades son inútiles", dice Orrantia. "La escritura creativa tiene aspectos que pueden enseñarse. A los alumnos los une la intención de contar una historia, aunque no necesariamente ese proceso los convierta en escritores. Enseñamos los rudimentos básicos de la literatura y acompañamos a los alumnos en su proceso de escritura. Al terminar, han aprendido varias cosas sobre la literatura. La principal es que aprenden a ser lectores. A leer para escribir; a leer como parte de una búsqueda, para encontrar un estilo, una forma de narrar...y aprender a editar sus propios textos: son capaces de ver en ellos fortalezas y debilidades y tienen las herramientas para mejorarlos". ¿Aprenden a escribir? Sí. Por supuesto que aprenden a estructurar una historia, aunque eso no los vuelva automáticamente escritores. Kureishi lo dijo con mucha claridad. El proceso para convertirse en escritor es largo. Él dijo que eran unos cinco años, pero creo que se equivoca. Es una decisión diaria. Una lucha interminable y constante. Con cada texto el escritor emprende una búsqueda que se reflejará en su obra con los años. No sé si este proceso termine. No sé si haya algún escritor sobre el planeta que diga: “bueno, ya soy un escritor. No hay nada que pueda mejorar, he terminado mi proceso”. Creo que la maestría ayuda a aquellos escritores geniales a estructurar mejor su primera obra y les da herramientas para continuar con su carrera, y al resto los guía para contar historias que los obsesionan. Cuando Kureishi critica la enseñanza de la escritura creativa basado en la premisa de que la mayoría de sus estudiantes no son talentosos, resulta inevitable preguntarse cuántos escritores en realidad muestran esa genialidad que él quisiera que existiera en sus alumnos. Hay buenos guitarristas que no son Hendrix, hay buenos artistas que no son Picasso. Y me parece que el mundo también los necesita a ellos".

No hay comentarios:

Publicar un comentario