viernes, 13 de diciembre de 2013

Érase una vez....un concurso de cuentos diferente.

Érase una vez...


BASES: 
  1. El concurso es de ÁMBITO NACIONAL (España) por eso de enviar por correo los premios, pero si a alguien de fuera de España le apetece concursar, se puede hablar y llegar a un arreglo.
  2. No es necesario seguir el blog (aunque sí sería deseable) pero con tener un correo electrónico al que contactar es suficiente.
  3. Consistirá en presentar un RELATO CORTO, no debe superar la extensión de 2 páginas en word (open office o similar) en letra Arial 11, interlineado doble. La fecha límite de envío de los relatos será el 4 de Enero de 2014 (tenéis 1 mes)
  4. Debéis enviar los relatos a mi email: roche.pf@gmail.com
    El archivo de la obra irá sólo con el título, sin el nombre del autor. O bien en otro archivo, o en el cuerpo del email debéis indicar vuestro nombre o seudónimo + el título de la obra + vuestro blog si tenéis + correo electrónico de contacto.
  5. El TEMA es LIBRE pero debe estar inspirado por, al menos, una de las tres fotografías que presento a continuación. (Se pueden usar las fotografías para ilustrar el relato)


  6. Habrá DOS ganadores que serán elegidos por mí personalmente en base a la calidad de su texto. Prometo ser totalmente imparcial y, por ello, pediré a una persona ajena que asigne números a los textos y así poder leerlos sin saber de quién son.
  7. Anunciaré los ganadores el DÍA DE REYES (6 de Enero de 2014)
  8. PREMIO: el primer ganador podrá elegir un libro (en papel) de entre los que yo le propongay un pequeño obsequio sorpresa que le enviaré por correo (podrá considerarlo, además, regalo de Reyes xD) También publicaré su relato en mi blog y una entrevista para promocionarle. El segundo ganador recibirá un obsequio sorpresa (probablemente el mismo que el ganador) y la publicación de su relato y su entrevista en mi blog como promoción.
  9. El concurso se suspenderá si no hay, al menos 10 participantes.

Se agradecerá la máxima difusión. Podéis anunciar el concurso en vuestro blog en facebook, twitter o por los medios que os apetezca, llevaros el banner a vuestro espacio me ayudaría a extender la noticia. 

Cualquier pregunta, sugerencia, opinión o duda la podéis enviar también a roche.pf@gmail.com, y la responderé lo más rápido posible.

¡¡Animáos!! ¡¡Espero vuestra participación!!
Tengo ganas de regalar cosas y de leer relatos, el espíritu 
de la Navidad me está poseyendo xDD


 ¡¡Mucha suerte!!

domingo, 24 de noviembre de 2013

LA MÁXIMA DISTINCIÓN DE LA LITERATURA EN ESPAÑOL » Elena Poniatowska, premio Cervantes A sus 81 años, la autora de 'La noche de Tlatelolco' es la cuarta mujer en recibir el máximo galardón de las letras en español

“El éxito es un ratito. Uno nunca consigue nada”


http://cultura.elpais.com/cultura/2013/11/19/album/1384884527_523167.html



México rinde homenaje a Poniatowska pero ella no le da importancia. En la feria es de las pocas que ha mencionado el escándalo de premio a Bryce porque “la cultura no puede estar al margen de la ética”. Solo un momento, porque la ocasión era para festejar. “Para mí es un gusto, 80 años y 10 nietos son bastantes”. Pero no quiere recrearse en el éxito. “¿Qué es el éxito? El éxito es un ratito. Uno nunca consigue absolutamente nada en esta vida. Como decía mi madre, aquí había un cantante que se llamaba Cri-Cri que cantaba ‘allá en la fuente había un chorrito, se hacía grande, se hacía chiquito’. Así es el éxito”.
¿Y creen que la quieren retirar con tanto homenaje? No lo sabe, pero no se va a dejar. “Uno no se retira hasta el último momento, sobre todo cuando escribe. Carlos Fuentes ya tenía sobre su mesa de trabajo la novela que quería escribir, con su horario y todo”, recuerda. Así que Poniatowska (algunos la llaman Elenita, pero no le gusta porque dice que suena a “albondiguita”) tiene proyectos en marcha. El más inmediato, una biografía de su antepasado Estanislao Augusto Poniatowski, último rey de Polonia y uno de los 40 amantes que tuvo Catalina la Grande de Rusia. “En eso estoy, aunque me cuesta un poco porque de historia de Europa, sé poco”.



lunes, 18 de noviembre de 2013

Luis Goytisolo, Nacional de las Letras por su continua exploración literaria El escritor barcelonés, renovador desde los años 70 de la literatura en español, ha sido distinguido por toda su obra "siempre comprometida con la búsqueda de nuevos territorios literarios"



" Cuando una obra es tan desmedidamente ambiciosa, se convierte en una tentativa imposible  "

Cuando una obra es tan desmedidamente ambiciosa, se convierte en una tentativa imposible, es decir en una de esas novelas como el Finnegan’s Wake de Joyce, El hombre sin atributos, de Robert Musil, Paradiso, de Lezama Lima o la mucho menos conocida Umbral, del chileno Juan Emar, que estaban fatalmente condenadas a no alcanzar la meta que se habían fijado, porque, simplemente, aquella era una meta inalcanzable. Sin embargo sería injusto hablar de fracasos literarios, porque estos libros, que tendrán siempre pocos lectores, siempre tendrán lectores, y sobrevivirán a todos los avatares, desde esos márgenes que admiraba tanto Rimbaud (el de “les horribles travailleurs”) desde los cuales irán siempre recordando a las nuevas generaciones de lectores y escritores que el secreto corazón que mantiene viva a la literatura es siempre ir más allá, establecer nuevas fronteras para la creación, renovar y revolucionar lo que ya existe, a imagen y semejanza de esa vida que la inspira y que es, también, a su manera, una tentativa imposible.
© Mario Vargas Llosa, 2012.

Doris Lessing, una mujer de quien aprender


La autora británica, Nobel de Literatura en 2007, fallece en Londres a los 94 años




Para Lessing la meta literaria es el reconocimiento, la intuición de una memoria, una sensación de poseer de pronto, convertida a palabras, una experiencia ya sentida, íntima y secreta. Desde sus primeras ficciones autobiográficas, Lessing nos propone preguntas fundamentales sobre cómo actuar con responsabilidad en el mundo. Ser lector es, ella una toma de poder, un acto revolucionario que nos permite acceder a la memoria del mundo, a ser ciudadanos en el sentido más profundo de la palabra. “Literatura e historia son ramas de la memoria humana”, escribe. “Nuestro deber es recordar, incluso lo que está por suceder”.






¿De qué vale siquiera probar?”. “Siquiera probar”, dice Lessing, no solo “vale la pena”, sino que es la condición esencial de nuestro existir. Vivimos probando, intentando alcanzar ese bien que ansiamos, mejorar este pobre y desahuciado mundo. Es decir: “Usando nuestras libertades individuales (y no quiero decir simplemente formando parte de manifestaciones, partidos políticos, y demás, que son solo parte del proceso democrático), examinando ideas, vengan de donde vengan, para ver de qué manera estas pueden contribuir útilmente a nuestras vidas y a las sociedades en las que vivimos”. En este mundo insensato y violento en el que vivimos, las palabras de Doris Lessing son un aliento y una guía.



Eva García Romo,  18 de noviembre de 2013








domingo, 27 de octubre de 2013

El broche sonriente

Me llamo Brooch, pero todos me llaman broche. No soy de oro, aunque brillo cuando me da la luz. Una hilera de piedras pequeñas rojizas se extienden por mi lomo, como si fueran rubíes. Sólo unas cuantas perlas rellenan mi sonrisa. En mi dorso, un frío alfiler me ataba a mi dueña. Siempre he vivido incrustado en un trozo de tela, aunque acabé en una sucia vitrina de un prestamista avaro. Mejor os cuento mi historia. Viví en la solapa de Lady Hussey, al sur de Londres en la Inglaterra de 1890. Aunque tenía muchos, yo era el favorito y ocupaba un lugar preferente en su pulcro joyero. Fui el último regalo que le hizo su esposo. Lady Hussey tenía dos hijas, de las cuales adoraba a la menor. La señorita Helen era educada y Cortés al igual que su madre. Ésta le prometió que cuando muriera, yo pasaría a atravesar su solapa. Recuerdo como me acariciaba, cuando Lady Hussey se lo permitía. Las perlas que me adornaban, casi se salían de mi boca. Lamentablemente una mañana de enero se llevó a la señora, testando a favor de sus dos hijas por igual. Helen confió en su hermana, firmando sin leer los detalles y Bárbara, falsificando éstos, paso a ser única heredera. Helen tuvo que irse. Antes suplicó a su hermana, que le permitiera conservarme, pero ésta se lo negó. Nunca salí del joyero. Bárbara me consideraba una vulgar baratija. Pero el destino cambió. Helen buscó al albacea de su madre y le convenció para que retomara el caso. Bárbara fue acusada de estafa. No sólo tuvo que devolver a Helen lo suyo, sino que ingresó en prisión. La mala vida la llevo a la ruina, teniendo que empeñar todos sus bienes. Incluyéndome a mi. Cuando Helen entró en el cuarto de su madre, lloró. Solo polvo y trastos inservibles. Ni rastro del joyero. Y así es como acabé, encima de un fieltro rojo en la balda de un escaparate. Mi dueño me maltrata. Ya me veo mal colocado en la solapa de uno de esas mujeres que frecuenta, si no me vende antes claro...... Pero hoy Helen esta delante de mi. Duda si soy yo, ¡No me extraña, ya no brillo tanto...! Y mi sonrisa se ha borrado tras las escasas perlas que conservo. Angustiado intento levantarme, arrugando el fieltro descolorido. Ese que adorna la tumba donde reposo. Pero es en vano. Ni siquiera verla, hace que mi rictus se contraiga. - ¡Vamos, no te vayas! ¿Es que acaso no me reconoces?. Por fin gira y decide entrar. Sigue teniendo el mismo porte que su madre. El usurero feliz me agarra con sus dedos grasosos, mostrándome al posible comprador. Helen sonríe y a mí se me caen las perlas de la risa. Eva García Romo, 23 de octubre de 2013

viernes, 11 de octubre de 2013

"Los Miércoles" por Eva García Romo.

Al ver como se alejaba, Tristán decidió escribir a Pepa. Quería contarle todo lo que pasó esa noche, cuando volvió a . Quería explicarle, quién y cómo mató a sus hijos. Y sobre todo, por qué.
Entre barrotes, trataba de justificar a Pepa y día tras día, se martirizaba: .- "Quizá fue lo mejor para ellos. Pepa no era una buena madre...trabajaba demasiado y nunca tenía tiempo para sí misma. Por eso decidió volver sola, ignorando que al llegar, encontraría a los niños muertos"-.

Atormentado, empezó a redactar con torpeza. Le costaba. ¡Hacía tanto tiempo que no lo hacía...!
- "Querida....(mejor sin querida) Pepa: Nunca te contaré en esa incómoda cabina y a través de un cristal....pero pronto lo comprenderás. Iremos a todas partes, será como empezar de nuevo. Quizá me perdonen ya sabes, por mi arrepentimiento. Pepa tranquila, si no llega, tengo otro plan para nosotros. No puedo contar más. ¡Hasta el miércoles!. Te quiere, tu esposo. Tristán"-.

Sonó la sirena a las 6 y cuando Pepa se separó de él, pensó que no habría más semanas próximas. De vuelta a casa dubitativa, meditaba: - "Y si fuera la última vez que...y si no le encierran por loco....y si llegara el indulto...."-.
Pepa no durmió, pensando que tendría que hablar con Tristán de esa carta, la próxima vez que se vieran y la leyó varias veces, pero no se le ocurrió nada que decir. De lo que realmente quería hablar, era de lo que no podía poner escrito. Pero cuando volvió a verlo, él actuó como si no le hubiera enviado ninguna carta.

De nuevo, detrás del cristal, Pepa le hablo de futuro, intentando sonsacarle sus intenciones ante la temida liberación. Tristán la miraba apenado, mientras cavilaba:
- "Pepa nunca reconocerá que me obligó a matar a nuestros hijos, porque no los aguantaba. Que me eché yo la culpa de todos los crímenes, mientras espera arrepentida en casa"-.
Sin quitar la vista del reloj, deseó que dieran las 6 y le preguntó.- "¿Tristán, tienes algo que decirme antes de partir?"-.
"Si, .- dijo Tristán sonriendo-. Y le agradeció el pastel, que le traía cada semana y devoraba más tarde en su celda.

Cuando Pepa llegó a casa, recibió la llamada de su abogado. El indulto era un hecho. Tristán sería liberado en breve.
Colgó el auricular y susurró aliviada: .-¡"Menos mal que no he dejado de ir hoy, no había tiempo".- Falta de sueño, se derrumbó en el sofá.
La llegada de un telegrama la despertó y leerlo, la hizo feliz. Tristán había muerto dos horas después que ella abandonara la prisión. La causa de la muerte fue indigestión. El compañero de celda aseguró a los guardias, que Tristán Castro se relamía feliz con el pastel de carne, hasta que se desvaneció.

Pepa, sin dejar de sonreír, dobló el papel con cuidado, lo besó y guardó en la cómoda.
Por primera vez en mucho tiempo, exclamó con júbilo: .-"¡Este miércoles, haré otras cosas!"-.
                                                                                         


                   























jueves, 10 de octubre de 2013

La escritora canadiense Alice Munro gana el Premio Nobel de Literatura 2013

La escritora canadiense ha creado un universo a base de cuentos. Su obra está llena de personas normales con emociones ocultas. “Es muy celosa de su privacidad”, dice su última traductora española. Su primera colección de cuentos, Dance of the Happy Shades, se publicó en 1968. A través de obras como Secreto a voces, Escapada o La visita desde Castle Rock, ha conformado un fresco personal ambientado en esa vida ordinaria canadiense nominado ya como Munro Tract (o Condado Munro). En su estilo hay ecos de escritoras como Carson McCullers o Eudora Welty. “Es una persona muy celosa de su privacidad”, continúa su traductora. “Es una gran maestra, disecciona muy bien el corazón humano, las emociones que todos llevamos dentro.“us personajes son seres aparentemente normales, pero ella revela siempre un mundo interior muy rico. Nada amable, no es cursi, ni endulza las cosas, pero siempre encuentran en ella una luminosidad que contrarresta esos aspectos más crudos de la naturaleza humana”. El Nobel corona una larga lista de reconocimientos como el Governor General’s Literary Award, el Giller Prize, y el Man Booker International Prize en 2009. El Nobel, de alguna manera, recuerda a todos los grandes cuentistas de la literatura. Y para los amantes la obra de Munro se abre una pequeña esperanza a que la escritora, a sus 82 años, retome su universo.

domingo, 30 de junio de 2013

Y USTED ¿DE QUÉ SE RÍE?. Tercera Edad





AMANECE, las barcas se tambalean en tierra y sobre ellas descansan los amantes. Las damas intentan subirse la faja, los caballeros no pararían nunca, si pudieran. Sólo se oyen gemidos y un tractor, que alisa la arena, roba un sujetador que deposita sobre la boya. Cuando llegan los primeros bañistas, tienen que serpentear entre bastones y prótesis. A lo lejos una dentadura postiza, como un animal lujurioso, sonríe desde la playa.


Eva García Romo, 27 mayo de 2013

Y USTED ¿DE QUÉ SE RÍE?

viernes, 14 de junio de 2013

¡FELICIDADES!




Ayer me enteré que era el día del escritor. Ni siquiera sabía que existiera. Creo que quien escribe de verdad, lo hace a diario. O al menos lo intenta.

No estamos muy por la labor con lo que esta cayendo, de andar de celebraciones. Ya tenemos bastante con el Dia de la madre, del padre, de los enamorados, de la mujer trabajadora (yo ese día celebro mi cumpleaños y punto), el del trabajo......en fin que todos los días va a ser mucho, cuando lo que realmente habría que hacer es trabajar. ¡Si se puede, claro!

Sin embargo, he de reconocer que ayer me sentí halagada, cuando recibí la felicitación. ¡A ver si va a ser verdad eso que dicen que escribo bien.....!

En cualquier caso gracias y felicidades a todos los que como yo, al menos lo intentamos.....ya sabéis escribir para hacer pensar....

(Por Eva García Romo, Madrid 14 de junio de 2013)



miércoles, 5 de junio de 2013

Antonio Muñoz Molina, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2013







Desde 1998, con Francisco Ayala, no ganaba el premio un español. Doble motivo para estar contentos los que como yo, amamos la literatura.

Antonio Muñoz Molina no es sólo merecedor de este premio, que lo es, por ser un clásico viviente en la literatura en español. Sino también por ser el puente literario entre la posguerra y la democracia.

Académico de la Lengua (ocupa le “u” minúscula) y exdirector del Instituto Cervantes en Nueva York, Muñoz Molina nació en una familia campesina de Úbeda, Jaén en 1956. Su obra, recorrida por su claridad de estilo y ambiciosas estructuras, funde las influencias de Julio Cortázar o Jorge Luis Borges con Faulkner o Flaubert.

El novelista español, candidato habitual también al Premio Cervantes, se ha impuesto a candidatos como el irlandés John Banville, el japonés Haruki Murakami y el Luis Goytisolo en un premio que reconoce a autores "cuya creación literaria represente una contribución relevante a la literatura universal".

El jurado lo ha premiado por la "hondura y brillantez" con las que Muñoz Molina ha narrado "fragmentos relevantes de la historia de su país, episodios cruciales del mundo contemporáneo y aspectos significativos de su experiencia personal" y que su obra "asume admirablemente la condición del intelectual comprometido con su tiempo".

Es autor de títulos emblemáticos en la literatura como El invierno en Lisboa, El jinete polaco Ardor guerrero, Plenilunio o La noche de los tiempos, que le han granjeado premios como el Premio Nacional de la Crítica en 1998, el Premio Planeta (1991) o el Premio Quijote de Literatura (2005).

El escritor andaluz, periodista de formación y licenciado en Historia del Arte, ha seguido colaborando a lo largo de los años como articulista de prensa en medios comoABCEl País Ideal.

¡Felicidades Antonio!

Eva García Romo, Madrid 5 de junio de 2013

















domingo, 2 de junio de 2013

Feria del Libro 2013. ¿Feria Literaria?








Este año no ha acompañado la lluvia, lo que ha contribuido a la presencia masiva de paseantes que atiborran el Retiro, para entusiasmo de libreros y editores.
Sorprenden colas interminables por conseguir la firma de autores "literarios" desconocidos tales como, comentaristas de deportes, cocineros de fama televisiva y como no, figuras de tronio taurino. Estos últimos son vapuleados con entusiasmo entre el personal.

Escritores de renombre y los que no tanto, ofrecen conversación conscientes del interés por su obras y algunos incluso, cuentan entusiasmados que han vendido doce unidades en lo que va de mañana. Otros expresan descontento, por el absentismo del lector. A pesar de ello, animan a continuar escribiendo.
Eso si, ¡Siempre que haya algo que contar! A poder ser, algo mas que una receta de cocina.





(Por Eva Garcia Romo - 2 de junio de 2013)











domingo, 21 de abril de 2013

Alice Munro odia, ama y se casa en "Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio"




Nueve cuentos. Nueve grandes cuentos sobre cada uno de los sustantivos evocados en el título.

En el primero de ellos, que da título al libro, una niña un poco retorcida interviene la correspondencia entre su padre y el ama de llaves de su abuelo materno. El ama de llaves, una mujer que parecía poco hecha para un hombre, o poco hecha para el amor, se ve de golpe torciendo el rumbo de su destino de solterona. Pero es la emoción con la que ese personaje se entrega a su destino, el esfuerzo que hace en los pequeños gestos (el indirecto regateo con una vendedora de ropa, los preparativos de un viaje), sumado a la noción que el lector tiene de la precariedad de lo que sostiene a esos gestos, lo que hace que uno quede absolutamente alterado, conmovido. Y los ejemplos siguen y se intensifican en cuentos excelentes
como “Puente flotante”, en el que una mujer madura y enferma de cáncer se deja llevar en una pequeña aventura al anochecer junto a un adolescente; o “Consuelo”, que es el relato de las primeras horas de una
viuda; o “Poste y viga”, en el que hallamos los pormenores de un matrimonio, el esfuerzo de una mujer por llevar adelante las responsabilidades de un matrimonio feliz o por, mejor dicho, seguir apuntalando las cosas que hacen de ese matrimonio un mundo feliz, sobre todo cuando se produce la aparición de un tercero que trae la novedad de pensar, sólo pensar, en el adulterio. Y así hasta llegar al también excelente último cuento: “Ver las orejas al lobo”, la historia de un hombre que se ve en la obligación de internar en un hospital psiquiátrico a su esposa de toda la vida, como si eso fuera una variante, una metáfora, de lo que es una separación corriente, un divorcio.
En todos los cuentos se padece el mundo que rodea a los personajes, y en todos ellos hay una perplejidad de que la vida sea como es que termina convirtiéndose, es asombro, en el detalle que sostiene el relato. Se podría
decir que estos cuentos son el recorte de una vida, la selección de momentos en los que los personajes se sustraen y reflexionan sobre esa perplejidad, antes quizás de entregarse nuevamente a la vida, a lo que sea la vida de todos los días.
Ver cómo construye Alice Munro cada cuento, es enfrentarse a un dominio notable de la anécdota y el detalle. No parecen por momentos varios de estos cuentos dirigirse a nada en concreto. Las historias se dirigen hacia el pasado, o tocan aspectos más que laterales de lo que se terminará contando, pero en cierto instante cae, con todo su riguroso peso, lo inevitable, el latido agazapado de la soledad.


martes, 16 de abril de 2013

Carros de Combate por Eva García Romo





Les veo a diario. Parecen coetáneos. Tienen la vitalidad justa para hacer la compra, ahorrándoselo a las parientas. Dicen que les sirve de acicate, para continuar sintiéndose "en activo".
Se conocen de antes, pero el destino hizo que se reencontraran y ahora comparten supermercado.
Hoy todas las cajas estaban ocupadas, excepto la tres. Se abalanzan sobre ella al unísono, ante la cara de pavor de la cajera. Siempre quisieron ser el primero. Y ahora el que parece mayor, vengarse. Parece despistado, pero sabe muy bien lo que lleva muchos años esperando. El le quitó todo lo que había ahorrado. ¡Hasta la novia!
Y........- ¡ahora! - se oye. A continuación un fuerte choque. .- ¡Por favor, paren, ¿es que quieren matarse?.- grita una señora.
El ruido ha alertado al dueño, que teme por el negocio y corre a por refuerzos. Por fin han logrado separarles. Demasiado tarde,  hay sangre.
El negro de la puerta no hace nada. Le han dicho que se vaya.


Durante la Guerra Civil, Juan Bermúdez Escalada y Esteban Toledo Sanjurjo tuvieron que abandonar su vida, para luchar por la de unos cuantos. Fue en la batalla del Ebro y además de carro de combate, compartieron hambre, miedo y frío. Valientes, se peleaban por ocupar la primera posición en la torreta y ser el blanco. Jamás pensaron que añorarían la falta de espacio y luz que se alojaba en el tanque.
Esa mañana al separarse, Juan hizo prometer a Esteban que siempre lucharían en el mismo bando. Esteban le mintió.


Después de esa despedida, un día se cruzaron en la escalera. Ni siquiera sabían que eran vecinos. Se miraron sin reconocerse. Los treinta años solo habían pasado por Juan.
El ascensor se había roto y Esteban tiraba de un carro, del que colgaban frutas y verduras. Juan en cambio, cargaba con bolsas a punto de romperse. - Cada vez son peores - murmuró.
No le reconoció. Esa medicación estaba acabando con su memoria.
Esteban en cambio, parecía un chaval. Conservaba ese empaque, que las volvía locas.
- Pero Juan, ¡si pareces un abuelo! ¡Vamos camarada, ¿te dejaste la sesera en el tanque?.- dijo burlándose.
Los ojos de Juan lloraron y reconoció que a veces, le costaba recordar.
Esteban le abrazó y le dijo que dejara las bolsas en el carro.
.- Anda, pasa y siéntate. Tengo muchas cosas que contarte. ¿Sabes?, tengo un negocio, quizá te interese....-.
Juan le contempló unos instantes, .- Siempre tuviste esa mirada cautivadora.- pensó. Y le acompañó sin dejar de sonreír. Era la primera vez que lo hacía en mucho tiempo.
Esto fue antes de que Esteban le desplumara.

                                                                                       

domingo, 14 de abril de 2013

Alice Munro habrá leído a Kate Chopin

"El despertar y otros relatos' de Kate Chopin


Los escritos de Kate Chopin nos trasladan a finales del siglo XIX a St. Louis (Missouri) y en ellos las protagonistas son mujeres que ansían independencia, ser realmente ellas mismas y vivir su vida sin las limitaciones que les imponía la mentalidad de la época de cómo debía ser una mujer.
'El despertar' es el relato principal y en él conocemos a una mujer 
insatisfecha en su matrimonio, con una vida monótona que busca algo 
más: la protagonista habla en un momento del "delirio de vivir" 
(mejor definido imposible). Pero se encuentra con incomprensión de
su entorno y Kate Chopin nos transmite perfectamente la sensación
de agobio que le produce su día a día y el sentir que no 
tiene opciones para cambiar su vida, hasta que algo se despierta
dentro de ella: "[...] Edna estaba en el proceso de ser ella misma
y desechaba día a día ese yo ficticio que asumimos como un disfraz 
con el que aparecer ante el mundo", relata. Este despertar traerá, 
cómo no, consecuencias y Edna se encontrará antes nuevas 
decisiones que tomar.



El resto de escritos ofrecen puntos de vista muy distintos pero 
siempre con mujeres pasionales en el centro de la trama, a las 
que la autora consigue, incluso en relatos de tres o cuatro 
páginas, dar una personalidad compleja que hace que se 
compartan o no sus motivaciones pero que nunca dejen 
indiferentes. Y este es su gran mérito, que historias tan cortas
 sean tan completas y te metan de lleno en cada uno de los 
ambientes y que con un par de párrafos, o de frases, 
queden explicados los 
antecedentes o incluso el por qué de la situación actual.
Para conseguir contar tanto en tan poco espacio hay que 
ser capaz de escribir con un estilo directo pero cuidado, 
para dar con la palabra clave que describa a la perfección 
un sentimiento o una sensación, dejando de lado rodeos 
innecesarios que dificultan la lectura. Esto hace que
ninguna historia se haga pesada de leer, al contrario
algunas te dejan con las ganas y la curiosidad de
querer saber más.
La temática y, sobre todo, las mujeres tan alejadas 
del ideal del momento, que describía Kate Chopin
hicieron que cuando publicó 'El despertar' en 1899
recibiese críticas muy duras, no desde el punto de
vista literario sino del de su moralidad que le
afectaron mucho y la desalentaron como escritora.
Seguro que ahora se sorprendería
de ver sus historias valoradas como se merecen
por los lectores.

sábado, 30 de marzo de 2013

¡Y se hizo la IPhone!



Y al principio Dios creó el cielo y la tierra y a continuación, el hombre creó la iPhone.

La tierra era algo informe y vacío y la iPhone, era rectangular y plana.

Entonces Dios dijo: "¡Hágase la luz!". Y la luz se hizo.

El hombre dijo: "¡Hágase la iPhone!". Y ésta se fabricó.





Dios vio que la luz era buena, y la separó de las tinieblas.
El hombre vio que la iPhone era necesaria, y la hizo imprescindible.


Y Dios llamó Día a la Luz y Noche a las Tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana. Este fue el primer día.


Y el Hombre llamó iPhone a la tecnología y a no tenerla, prehistoria.


Así hubo un antes y un después en la historia de la humanidad.













jueves, 28 de marzo de 2013

Miguel Hernández "No quiso ser"


Hoy hace 71 años murió Miguel Hernández, con tan solo 31 años, en la enfermería de la prisión de Alicante.Vaya por delante mi homenaje a este gran poeta español.





(Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942) fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono de la generación del 27».










No conoció el encuentro
del hombre y la mujer.
El amoroso vello
no pudo florecer.

Detuvo sus sentidos
negándose a saber
y descendieron diáfanos
ante el amanecer.

Vio turbio su mañana
y se quedó en su ayer.

No quiso ser.






jueves, 21 de marzo de 2013

Percy Bysshe Shelley .... El poeta inglés desconocido

(Field Place, 1792 - golfo de La Spezia, 1822) Poeta británico. Cursó estudios en Eton (1804-1810) y en el University College de Oxford, de donde fue expulsado (1811) por la publicación del libelo La necesidad del ateísmo. Ese mismo año, en Londres, se enamoró de una joven de 16 años, Harriet Westbrook, con quien, tras huir y casarse, vivió en el distrito de los Lagos, en York, en Irlanda y en el País de Gales, donde escribió su primer poema importante, La reina Mab (1813).

De nuevo en Londres, conoció a W. Godwin, de cuyo pensamiento filosófico se declaró seguidor, y se enamoró de su hija Mary, con quien marchó al continente en 1814 y con quien se casó en 1816, año en que publicó Alástor o el espíritu de la soledad y en que, durante una estancia en Suiza, conoció a Lord Byron.

A su regreso en Londres, se enteró del suicidio de Harriet y perdió la tutela de los dos hijos que había tenido de su primer matrimonio. Aquejado de tisis, abandonó su país y en 1818 se instaló en Italia en compañía de Mary. Vivió en Milán, Lucca, Venecia, Nápoles y Florencia y escribió durante sus últimos cuatro años de vida sus obras maestras: el drama líricoPrometeo liberado (1819), la tragedia Los Cenci(1819), diversos poemas líricos (Oda al viento del OesteOda a una alondraLa mimosa y la Oda a Nápoles), la elegía Adonais (1821), inspirada por la muerte de John Keats, y el tratado La defensa de la poesía (1821).
Shelley es uno de los principales poetas de la segunda generación de románticos ingleses. Su obra está impregnada de idealismo y de fe entusiasta en el futuro de la humanidad, pero también de melancolía ante las desdichas de la existencia; en ella desempeña un importante papel la naturaleza, concebida como vínculo entre el hombre y los valores absolutos.


" La poesía es un recuerdo de los mejores y más felices momentos de los mejores y más felices ingenios.".
Percy Bysshe Shelley




martes, 12 de marzo de 2013

Alice Munro se mete en "La Piel que hábito" de Almodóvar

He de reconocer después de ver "La Piel que hábito" de Pedro Almodóvar por segunda vez;  aparte que es una gran película, nada que ver con la última, el manchego sabe seleccionar sus lecturas. Y me reafirmo en mi teoría de que, además de excelente director y guionista, es un hombre culto.

Así nos lo demuestra, mostrándonos un primer plano de la novela de Alice Munro, Escapada, en las manos de la protagonista de cinta, Elena Anaya. Concretamente esta portada.


Que los cuentos de Alice Munro son especiales lo ha dicho mucha gente. No se parecen a los de nadie, está claro. Escapada también nos deja a sus lectores perplejos y asombrados, pero con la conciencia de que conocemos un poco más el alma humana.

Son sus cuentos historias largas, de muchas páginas, en las que los protagonistas son siempre mujeres. Con continuos saltos al pasado que a veces nos despistan y consiguen que volvamos a páginas anteriores para releerlas y comprobar que no nos hemos perdido nada, Munro consigue en estos cuentos raros, que a veces abarcan muchos años, en los que nunca sucede nada especial, meternos en las vidas de sus mujeres protagonistas, que no son excesivamente fuertes, ni resolutivas, pero a las que llegamos a comprender sin saber muy bien por qué.

La autora narra las vidas de sus personajes —lo que hacen, lo que les sucede— pero también nos las explica haciendo incisos, dando vueltas, centrifugando la acción, como si añadiera piezas a un puzzle que, de todas formas —lo sabemos desde el primer cuento— queda siempre incompleto porque la vida es demasiado compleja, enmarañada, rica en matices, para poder capturarla en su totalidad. Ni siquiera se consigue en unas páginas de buena literatura, parece decirnos. 

Pero en Escapada Munro da un paso más para presentarnos a sus personajes y nos muestra a una misma protagonista, Juliet, en tres cuentos, en tres etapas de su vida. En el primero va al encuentro de un amor presentido; en el segundo visita, ya madre de una niña, a sus padres ancianos y los mira con ojos de adulta, juzgándolos; y en el tercero vemos a Juliet, víctima de sus actos anteriores y de la vida misma, abandonada y juzgada por su propia hija. Son tres cuentos que se complementan y que, con los mismos personajes, formando un círculo imaginario, nos tiñen la mirada con una pátina triste y al mismo tiempo irónica. Por lo visto esto es la vida: dar vueltas para acabar en el mismo sitio, pero más cansado.

domingo, 10 de marzo de 2013

"El ladrón de palabras" (Words) de Brian Klugman y Lee Sternthal, me roba una gran historia



Un hombre (Dennis Quaid) en una tarima frente a un montón de gente. Tiene un libro frente a él y empieza a leerlo, y en él se cuenta la historia de Rory y de Dora, y de un extraño anciano que parece acecharlos. Así empieza la historia, y la película.

El argumento trata de historias anidadas unas dentro de otras, y durante el transcurso del metraje veremos tres “realidades” diferentes: una es la del escritor Clay Hammond (Quaid), que en primer lugar empieza a leer la historia que cuenta en su libro, esa historia que habitan Rory (Bradley Cooper) y Dora (Zoe Saldana). En esa historia, Rory y Dora son una joven pareja que se traslada a vivir a Nueva York, donde intentan alcanzar sus sueños. Rory es escritor e intenta ganarse la vida con ello, aunque de momento no lo consigue. Tiene un libro escrito e intenta que algún agente literario le abra camino en el mundo editorial, pero aunque su trabajo es bueno (y así se lo hacen saber) no consigue publicarlo. Recibe decenas de negativas – en persona, por carta – y se desespera. Pero un día su mundo se da la vuelta, cuando encuentra un manuscrito que va a cambiar su vida. Es una novela, una novela escrita por otra persona. Al principio no sabrá que hacer, pero por esas cosas que pasan, al final la hará pasar por suya y eso tendrá consecuencias.

La película se desarrolla en dos tiempos. Uno es el tiempo de Rory y Dora, el actual; otro es el tiempo de un joven que vivió una apasionada historia de amor con Celia, una camarera francesa. Esa historia, en total, es la historia de un libro. El libro que le dio el éxito y la fama a Rory, éxito y fama que buscaba y no pudo conseguir por sus propios medios, libro que en realidad es la historia de otra persona. Las palabras a que se refiere el título, fueron las palabras que tomaron forma y se convirtieron en un libro en dos semanas. Luego, aparte de esas historias, está la que le adivinamos al propio escritor de todo, Clay, y del que, sin saber mucho, acabamos por adivinar algunas cosas.



De la pelicula, personalmente, destaco las partes de la historia dedicadas a las analepsis (flashbacks). Jeremy Irons en su papel de viejo se come la pantalla, dejando a Bradley pendiente de mucho que aprender. Cooper, con un físico envidiable, hace lo posible por resultar creíble como escritor, cada vez que aparece. Dennis Quaid, brillante en sus diálogos, para mí no alcanzan el interés y el encanto de las partes de analepsis (flashbacks), o de los momentos en que el personaje de Jeremy Irons nos narra su historia. Es una película con un interés que se mantiene, especialmente por los grandes temas que trata, (frustración, miedo, ser amado por los motivos equivocados…) 
Así que en mi opinión la película tiene un núcleo argumental interesante y buen “material” (actores, medios técnicos) que dan como resultado una gran historia, digna de ser robada.


sábado, 9 de marzo de 2013

Roberto Bolaño vuela con Almodóvar y sus Amantes Pasajeros



He de reconocer que no deja de sorprenderme. Pedro Almodóvar lee, conoce, o ambas cosas a Roberto Bolaño. Y así nos los muestra en uno de los primeros planos de uno de sus amantes pasajeros. Bolaño viaja con un asesino a sueldo argentino, cuyo destino es incierto.
Ciertamente, Almodóvar podría haber hecho una gran película. Tenia todos los ingredientes, entre ellos un entramado surrealista. Me temo que no los ha sabido aprovechar. Se ha conformado con hacer una comedia floja, que la intentan salvar un elenco de actores brillante.



La película empieza con mucho brío, para desembocar en un un final previsto a los quince minutos de comenzar. Eso si, nos regala un trío de azafat@s poco usual, liderados por un Javier Camara EXCELENTE, como nos tiene acostumbrados.
Almodóvar redunda en diálogos repetitivos que recuerdan un pasado cutre, ya olvidado.

En fin, tendremos que esperar a que se ponga las pilas y escriba una gran historia. Quizá debería pedirle al amante pasajero que le preste a sus "Detectives Salvajes" y compartir el próximo vuelo.
¡Ánimo Pedro!


domingo, 3 de marzo de 2013

Los Fantasmas de Henry James








A Henry James se le reconoce la capacidad de haberse convertido en el puente con la novela decimonónica a través de sus encantadoras novelas refinadas, cosmopolitas y apasionadas. Pero debo confesar que me atrae más su vena espectral y fantástica, porque la maneja de una forma diferente a la acostumbrada, con un brillante y rebuscado lenguaje producto de su forma de escribir al dictado. En esta obra descolla con claridad una historia que pasa por ser el mejor relato de fantasmas, se trata de Otra vuelta de tuerca; pero a su lado emergen otras narraciones soberbias como El alquiler del fantasma, Sir Edmund Orne, Maud-Evelyn, La esquina alegre o Los amigos de los amigos -se necesita con urgencia una edición en castellano que compile todos sus relatos sobrenaturales, pues se encuentran dispersos o en el mejor de los casos en ediciones ya descatalogadas-.
Sin embargo los fantasmas de Henry James a veces no son tales, porque sólo existen en la medida en que nosotros creemos; "Para que un caso empiece a maravillarme, tengo que empezar a creer...para empezar a darlo a conocer (es decir, ocuparme de él) tengo que empezar a aceptarlo, y para disfrutar de ese beneficio tengo que empezar a ver, oír y sentir" nos dice el escritor. Henry James consigue dar credibilidad a sus fantasmas a través de la experiencia de un observador que es nuestra visión de la historia y así el relato se convierte en "nuestra emoción, nuestra distracción, nuestro estremecimiento y nuestra incertidumbre". De hecho, en muchos de sus relatos es dudoso que existan fantasmas, porque James juega con esa ambivalencia, mezclando datos y hechos objetivos con brumosos e inciertos acontecimientos y así una historia aparentemente sencilla comoOtra vuelta de tuerca ha generado centenares de teorías y artículos sobre la certeza de la existencia de fantasmas o no, sobre si éstos son simples delirios neuróticos de una reprimida institutriz o verdaderos seres visibles para quien los acepta; en definitiva una obra maestra que invita a la reflexión. En Sir Edmund Orne, el fantasma es visto por tres personas en momentos exactos y la cuestión es saber quién y porqué lo ven. Maud-Evelyn no tiene ni siquiera fantasma, pero las personas actúan como si la maravilla sobrenatural se hubiera producido. En La esquina alegre, un cuento que retiene datos autobiográficos, pues habla de la historia de un neoyorquino que retorna a la que era su casa tras muchos años de estancia en Europa, se nos presenta uno de los fantasmas más difíciles, ya que el protagonista se pretende buscar a sí mismo en la mansión, o lo que es lo mismo a aquel que hubiera sido de haberse quedado en la ciudad. Auténtico tour de force llevado soberbiamente por James.
Los fantasmas de Henry James son tremendamente absorbentes para aquel que quiere creer. Ese es el reto que nos propone el autor y su lectura es la invitación que yo os hago.

martes, 29 de enero de 2013

El Paraiso



Su mamita le había dicho, que allí había trabajo para todos y él la creyó.
Llevaba años planeándolo. Conseguida la doble nacionalidad, ya era americano, contaba con 1000$ que guardaba en el catre.
No lo dudó, él iría primero hasta juntar algunos pesos, trabajando en lo que fuera.
El pasaje lo cambió por el reloj de oro de su padre y soñaba cada noche con partir hacia la libertad. Lloró en cambio, al contemplar el malecón. Quizá fuera la última vez. 
Ante él, el océano parecía más grande, mientras lo atravesaba a bordo de un carguero con destino al paraíso.
La luna lo ilumina, como si quisiera protegerle y el agua parece plata andante. No hay límites. Sólo él, cielo y tierra. Y hasta donde alcanza la vista, mar salada.
Se hace de día y las voces de los compadres le despiertan. Huele a café quemado. El rugido de máquinas parece advertirle. ¡Mejor darse de la vuelta!
Adormilado, se incorpora. Le duele todo, después de haber dormido sobre el macuto. Al fin consigue abrir los ojos y descubre una raya en el horizonte. Dicen que es tierra firme. En una hora desembarcan.
Nervioso comprueba una vez más, que el fajo de billetes sigue dentro de su camisa. Ignorante, lo saca y cuenta. Alguien le observa, pero él no lo nota.
Ruegan paciencia, al atravesar la línea que separa la borda del mostrador de inmigración. Hay que guardar cola. 
Cuando supera la cadena divisoria, entrega el pasaporte que es chequeado en detalle. ¡Cuantas veces soñó con el ruido, que por millonésima vez hacen a diario, al estampar el sello!. Esta vez era real. Complacido lo guarda y se dirige a la salida.
Tiene América ante él, pero ni siquiera la ha visto. Antes tiene que atravesar muchas barreras. Hileras de personas se amontonan, haciendo difícil el tránsito.
Pasillos estrechos llenos de puertas que se abren y cierran, no indican hacia donde conducen. Algunas pone, prohibido el paso. Quizá sea mejor no saberlo. Huele a humanidad.
Pero él es libre y anda orgulloso. Sólo mira una vez hacia atrás, para despedirse del carguero y del pasado.
Ya les están esperando, para el traslado al barrio donde residirán. Alojamiento y comida, están garantizados. Desde el escaso espacio en el camión, contempla las calles que transcurren una tras otra paralelas. No hay perspectiva, solo líneas rectas.
Hoy compartirá cuchitril con litera y letrina. Éstas componen su hogar, en la tierra prometida.
Necesita dormir. Apoya la cabeza en la almohada, mientras acaricia su dinero. Piensa que mañana se irá, en busca de algo mejor.
Desde la litera superior, unos ojos le observan.

Eva García Romo. Madrid, 28 de Enero de 2013

jueves, 17 de enero de 2013

La perdí como un guante







Hace diez años que se fue. Con ella se llevó sus cosas y mi felicidad.

Hacía calor en la sala y decidí salir a fumar.-¡Ya ni en la cafetería!-, mascullé. Y allí estaba. No la había vuelto a ver hasta esta mañana, en la sala donde descansa su cuadro favorito. El de ambos.

Avancé asustado. De repente algo me desconcertó, rompiendo la estética del lugar. Brillaba en el suelo, junto a ella. Parecía rosa. Sí, lo era. ¡Cómo le gustaban! Tenía de todos los colores; Yo se los traía, a la vuelta de cada exposición. Soñaba con regresar y extenderlos por sus dedos insinuantes. El recuerdo me produjo placer y me avergonzó.

Entonces me agaché y confiado en no ser reconocido, le dije: "Hace años perdí la felicidad, de la misma manera que Vd acaba de perder este guante".

Ella me sonrió y dijo: "¡Gracias Juan, pero ya no uso guantes!



Eva García Romo - 17 de enero de 2013

 

Por qué escribo

Escribo

Escribo, porque escondo poemas en mi libreta del colegio.
Escribo, porque te admiro en un ensayo, después de escucharte en la universidad.
Escribo, porque las misivas que envío por el mundo, me acercan a los que quiero y los siento menos lejos.
Escribo, porque me gusta robar otras vidas.
Escribo, porque necesito expresar lo que siento y no puedo contárselo a nadie.
Escribo, porque me sobran las palabras.
Escribo, porque me siento perdida y los renglones me muestran el camino.
Escribo, porque prefiero decir con palabras lo que siento.
Escribo, porque es más fácil decir "Te Quiero" en una tarjeta plegable.
Escribo, porque os leo insaciable, e intento imitaros con ahínco.
Escribo, porque aprendo cada día y quiero superarme.
Escribo, porque me relaja, tanto si estoy triste como alegre. 
Escribo, porque alguien dijo que es antioxidante.
Escribo, porque respeto la literatura y me gusta rozarla con los dedos.


Pero sobre todo escribo, porque me apetece compartir mis historias con vosotros.


Eva García Romo, 17 de enero de 2013

domingo, 13 de enero de 2013

Salomé



No creo que importe demasiado, pero me llamo Abel Martín Sousa y antes de mi retiro "voluntario", impartía seminarios de literatura por todo el mundo. Pero esta es mi historia con Salomé.

La observaba cada día, al salir de clase. Siempre sola, delgada, con pantorrillas marcadas y melena rubia.
Iba cargada de libros, que leía sin parar. Nadie hablaba con ella, excepto yo. Le gustaba la novela de terror y por eso asistía a mi seminario sobre el mal. Jamás participaba, aunque yo la animaba inútilmente a hacerlo.

Ciertamente, tenía un aire siniestro tras su mirada azul, que consiguió seducirme muy pronto. Recuerdo que cuando ella pasaba, su perfume dejaba rastro a vainilla.
El resto de mis alumnos, la odiaban.

Una tarde, decidí seguirla a cierta distancia. De lejos, me pareció incluso más alta. Quizá fuera su abrigo, que marcaba una silueta más que insinuante.
Por fin, entro en un portal. Esperé unos minutos y la imité. No había luz, lo que hizo que me asustara al oír un chillido, que parecía de mujer. Mientras caminaba a trompicones, pulsé el interruptor de la luz y oí unos tacones sobre el mármol. De repente, una sombra estilizada se abalanzó sobre mi. Desprendía un olor, que me resultó familiar. Algo contundente me golpeó y caí.

Abrí los ojos. Estaba tumbado en una cama, que no conocía. Ni siquiera recordaba, como había llegado hasta allí. Me dolía la cabeza, que toqué. Estaba sangrando.
La voz de Salomé sugirió, que mejor me estuviera quieto. Ella me curaría. ¡Que otra cosa podía hacer, atado y desorientado!

No sabía cuanto tiempo había transcurrido. Traté de averiguarlo sin éxito, viendo mi muñeca sin hora. Reconozco, que al verla inclinada sobre mi, tampoco quería saberlo.
Cuando terminó la cura, le pregunté qué hacía yo allí y ella se disculpó. - Ha sido mi madre, le golpeó con una sartén, esta loca. Sabe, tiene la manía de atarle. Para qué no se caiga de la cama.... No tuve tiempo de sujetarla. Por eso no tengo amigos, ni viene gente a casa. No debió de seguirme hasta aquí -.
Avergonzado, me excusé. - No te preocupes, le dije. ¡Yo me lo busqué!. En un rato me espabilo y me voy.  ¡Mañana nos habremos olvidado de este tema! -.
Salomé río a carcajadas y se marchó. Apoyé la cabeza de nuevo, estaba tan cansado......

Volví a despertarme y tuve la sensación que llevaba días sin hacerlo. Incluso semanas. Ya no me dolía la cabeza, pero estaba atontado.
Mi ropa era distinta. ¿Qué hora será? - pensé. Mi muñeca seguía desnuda y cada vez más flaca. Me incorporé y vi una maleta, era la mía. Pero, ¿cómo había llegado hasta allí?. Mis bolsillos continuaban vacíos. No encontré las llaves de casa. 
La puerta de la calle esta cerrada. Intento abrirla y salir. Miro por la ventana.

Fuera de la habitación, no se oía nada. - La madre loca habrá salido - pensé - y Salomé estará en clase.....¿Qué clase? -. Con dificultad, llegué al pasillo y recorrí la casa. Tardé poco. Sólo había una habitación más y una cama. Junto a ella, un armario. En el interior la ropa de Salomé que yo, bien conocía. De repente, una foto sobre el escritorio llamó mi atención. Un señor con bigote, vestido de oficial  me observaba, y debajo una dedicatoria: - "Cielo, mamá cuidara de ti desde el cielo. Te quiere, papa" -. 

El girar de una llave me asustó. Me sentí descubierto. Ahí estaba, como siempre cargada de libros. El sonido de los tacones y su aroma a vainilla, me devolvieron a la realidad.

Una vez más sonrió con su mirada siniestra, que fulminaba. Yo, sin preguntar, me dirigí a mi cuarto. 

Desde ese día, sé que la amo. Pero nunca se lo diré.


Eva García Romo
Madrid, 13 de enero de 2013

El Reloj Desmayado

Todos los días llega tarde. Contempla su reloj de esfera blanca y corona dorada. Pide disculpas tímidamente, a la vez que lo pone en hora, y explica teorías sobre el tiempo.
Pero hoy ha llegado antes que nosotros. Nos sorprende como observa la cadena leontina, de la que ya no se columpia el reloj. El no está. Le ha dejado. Ya nada le sale bien.
Desde que el reloj partió, su vida no anda.

Éste, en cambio es feliz. Libre, lejos de ese bolsillo raído y oscuro. Se desmayó en los escalones que trataron de acogerle, para que no estuviera tan desvaído. Monsieur Rousseau lo contempla perplejo y recoge, cuidadosamente. Antes, comprueba que funciona y le acaricia la cara, con un pañuelo de seda blanco. El reloj observa a su alrededor estupefacto, a la vez que agradece sentir un tacto tan delicado, que le hace entrar en calor. - ¡Maldito mármol, siempre helado!- Ahora recuerda el tiempo que estuvo tirado en el suelo y trataba de incorporarse, sin éxito. Casi le dieron ganas de abrazarle, con sus negras y finas manecillas. Nunca antes, le habían tratado así.
Monsieur Rousseau se hubiera quedado con él, al ver como le miraba; De no ser porque descubrió en el reverso de la esfera, unas iniciales: EG (Edilberto González).

Pero ya no es suyo. El reloj apunta con sus manecillas a Monsieur Rousseau, implorando que le acoja. Edilberto consigue finalmente separarles y lo ajusta fuertemente a la cadena, de la que nunca debió separarse.
Se oye un gemido de la corona, mientras éste le aprieta contra la anilla, condenándole de nuevo a su dueño.

Al día siguiente, la maquinaria volvió a funcionar. Pero el reloj se paró y nunca volvió a palpitar. Ni siquiera acariciar la corona, consiguió motivarle y devolverle la vida. Las manecillas inertes, caían fulminadas a ambos lados de su cara, envueltas en lágrimas que flotaban en la esfera. Los números gigantes,  prácticamente se habían borrado. Nunca más fue suyo. El y su espíritu se quedaron congelados con Monsieur Rousseau.

Eva García Romo
Madrid, 13 de enero de 2013