Todos cometemos alguna falta de vez en cuando, ya sea por despiste, por las prisas o, simplemente, porque nos equivocamos. Y no pasa nada: la RAE no tiene un cuerpo especial de policía que apresa a quienes confunden “sino” y “si no”, por lo que tampoco es como si corriéramos el riesgo de acabar en la cárcel durante meses o, quizás y dependiendo de la reincidencia, años.
De todas formas, no está de más repasar de vez en cuando algunas cuestiones lingüísticas, aunque solo sea para saber por qué decimos “por qué” y no “porque” en esta misma frase. Y por si algún día la RAE decide organizar su cuerpo policial, que nunca se sabe.
Ofrecemos 12 propósitos lingüísticos para este año, uno por mes, con un extra por si alguno lo tiene bien sabido. Los hemos escogido siguiendo los consejos del Libro de estilo de la lengua española de la RAE y las preguntas más frecuentes de la web de esta institución, además de algunas publicaciones de Fundéu y del Instituto Cervantes. Si quieres comprobar qué necesitas repasar (en caso de que haya algo), antes puedes resolver el test que está al final del texto.
1. ENERO. Deber y deber de
Deber + infinitivo puede denotar obligación o suposición. “Debo ir a trabajar” significa “tengo que ir a trabajar” y con “deben ser las nueve” quiero decir que “no tengo reloj, pero calculo así a ojo que son las nueve”.
Deber de + infinitivo solo denota probabilidad. Siguiendo los ejemplos anteriores, podemos decir “deben de ser las nueve”, pero no “debo de ir a trabajar”. Más sobre deber y deber de en el diccionario panhispánico de dudas.
2. FEBRERO. Queísmo y dequeísmo
El queísmo es la omisión indebida de la preposición de ante que. Hay que decir “no me acordé de que era tu cumpleaños” y no “no me acordé que era tu cumpleaños”.
El dequeísmo es la adición indebida de la preposición de ante que. Es incorrecto decir, por ejemplo, “pienso de que Juan va a venir tarde”.
El libro de estilo de la lengua española de la RAE propone un método para saber cuándo usar la preposición de. Hay que “sustituir la oración subordinada que encabeza que por los pronombres eso o ello”. Si mantenemos la preposición de, hay que decir de que. Y si no se conserva, la omitimos. Ejemplo:
-“No me acordé de eso”. Por tanto: “No me acordé de que era tu cumpleaños”.
-“Pienso eso”. Por tanto: “Pienso que Juan va a venir tarde”.
3. MARZO. Los extranjerismos, sin muros
“Todos los idiomas se han enriquecido a través de su historia con palabras tomadas de lenguas diversas”, escribe Jesús Sánchez Lobato en Saber escribir,libro del Instituto Cervantes. El autor recuerda extranjerismos que ya casi ni consideramos como tales: carné, fútbol, esnob, jazz…
De acuerdo con la RAE y según recoge Sánchez Lobato, se recomienda rechazar los extranjerismos cuando “existe en español un vocablo del mismo significado con plena vitalidad”. Por ejemplo, no hace falta decir short si podemos decir pantalón corto.
Se recomienda aceptar los extranjerismos necesarios o muy extendidos: ballet, blues, máster, chucrut… En algunos casos se mantiene la grafía y pronunciación originarias, como en walkman, que está en el diccionario desde 2001. Estos términos se escriben con cursiva o con comillas. En otros casos, como en pádel y suflé, se adapta la escritura y no hace falta resaltar el texto.
En todo caso, “la RAE no considera una incorrección lingüística el empleo de cualquier extranjerismo por los hablantes, siempre y cuando lo resalte tipográficamente mediante letra cursiva o comillas”. Pues ningún problem, entonces, aunque igual pareces a little bit raro.
Por cierto, el español también ha exportado a otras lenguas palabras como mosquito, guerrilla, embargo, adobe, bodega… Y siesta, claro.
4. ABRIL. Solo va solo, sin tilde
A estas alturas, esto ya lo sabe todo el mundo, pero lo incluimos porque es un tema que sigue generando pasiones y parece que a algunos les arrancarán la tilde de solo de sus manos muertas y frías.
Como nos contaba la RAE, la tilde diacrítica sirve para diferenciar dos palabras que se escriben igual cuando una de ellas es tónica y la otra es átona. Las palabras átonas son las que no tienen acento propio en la cadena hablada y por tanto se apoyan en otra palabra tónica para su pronunciación. Ocurre, por ejemplo, con de y dé en frases como “ese coche es de Sara” (átona) o “espero que me lo dé” (tónica). Pero no pasa lo mismo con solo, ya que tanto el adjetivo como el adverbio son palabras tónicas. Es decir, no hace falta el acento gráfico para diferenciarlas, igual que no diferenciamos seguro (adjetivo) de seguro(adverbio). Tampoco se acentúan los pronombres demostrativos, como esta, esay aquella.
Ya de paso, recordamos que tampoco llevan tilde palabras como guion, truhan y hui. Como recoge el Libro de estilo de la RAE, “aunque se puedan pronunciar en dos sílabas, se consideran monosílabas por estar formadas por una secuencia que a efectos ortográficos se debe tratar como un diptongo o un triptongo. También ocurre con algunas formas verbales de pretérito perfecto simple (crie, crio, fio, lie, rio, lio...) y de presente (criais, fieis, fiais, riais…)". En la web de la RAE hay más información.
5. MAYO. Laísmo, leísmo y loísmo
En general, se usan los pronombres lo y la (y sus plurales) para el complemento directo, y el pronombre le (y les) para el indirecto.
- Cierra el libro y ponlo ahí. (El libro es complemento directo).
- A María la vi ayer. (María es el complemento directo).
- Voy a servirle un café a María. (María es el objeto indirecto y un café, el directo).
Se permite el leísmo referido a persona singular, pero no a cosa, como explica la RAE y como en “¿has visto a Jorge? Sí, le vi ayer en el parque”. Pero no: “A tu perro le vi en el parque”. Más sobre el leísmo en este artículo de Lola Pons.
6. JUNIO. Siempre detrás de mí
Como dice el Libro de estilo de la RAE, “las combinaciones del tipo de detrás suyo, delante mío, encima nuestro, etcétera, no se han integrado todavía en la lengua culta general, por lo que es preferible evitarlas y usar en su lugar las variantes con la preposición de: detrás de ella, delante de mí, encima de nosotros". Sí se admite la combinación con alrededor: alrededor mío, alrededor vuestro.
7. JULIO. Infinitivo e imperativo
No se considera correcto el uso del infinitivo en lugar del imperativo para dirigir una orden a una segunda persona del plural. No se debería decir “¡venir ahora mismo!”, sino “¡venid ahora mismo!”.
Es válido el empleo del infinitivo con valor de imperativo cuando aparece precedido de la preposición a, uso propio de la lengua oral coloquial: "¡Tú, a callar! Niños, a dormir".
El infinitivo también se puede usar “con valor exhortativo en indicaciones, advertencias, recomendaciones o avisos dirigidos a un interlocutor colectivo e indeterminado”, como en las instrucciones o en los carteles. Por ejemplo: consumir a temperatura ambiente, no fumar, lavar a mano. Como explica la RAE, se trata “de estructuras impersonales en las que no se da una orden directa, sino que se pone de manifiesto una recomendación, una obligación o una prohibición de carácter general”.
8. AGOSTO. ¿Por qué? ¿¡POR QUÉ!?
“Por qué” es la secuencia formada por la preposición por y el interrogativo o exclamativo qué. Introduce oraciones interrogativas y exclamativas directas e indirectas. Ejemplos: ¿Por qué no has venido? No entiendo por qué te pones así. ¡Por qué calles más bonitas pasamos!
“Porque” es una conjunción y se usa para introducir subordinadas que expresan causa (no fui a trabajar porque tenía fiebre) y como conjunción final, con sentido equivalente a para que (hice cuanto pude porque no terminara así).
“Porqué” es un sustantivo que equivale a causa, motivo, razón y se escribe con tilde por ser palabra aguda terminada en vocal. Ejemplos: No comprendo el porqué de tu actitud. Todo tiene su porqué.
“Por que” introduce un segmento que no expresa causa (se caracteriza por que no come por la boca) y cuando que es un relativo y la expresión equivale a “por el / la / los / las que”. Esta es la razón por que no puedo hacerlo. En este caso es más corriente usar el relativo con artículo antepuesto (esta es la razón por la que no puedo hacerlo).
9. SEPTIEMBRE. Sino y si no
"Sino" es la conjunción que aparece en contextos en los que se ha negado la frase anterior, como en “no lo hizo Juan, sino Pedro”. También en construcciones como “no solo…, sino también; no porque…, sino porque”. Y cuando tiene un valor similar a más que o excepto. Ejemplo: ¿Quién sino Juan podía hacerlo?
"Sino" también puede ir junto cuando es un sustantivo con el significado de “destino”: mi sino es trabajar y trabajar.
En cambio, "si no" es la combinación de la conjunción condicional "si" seguida del adverbio "no". Introduce una oración condicional: “Si no lo haces tú, lo hará él”.
Un truco de Fundéu para distinguirlos “es ver si entre si y no puede incluirse algún elemento sin pérdida de sentido en el texto”. Por ejemplo, “si no hubiera intervenido el juez…” se puede cambiar por “si el juez no hubiera intervenido…”. Si esto se puede hacer, se trata de si + no, y debe escribirse en dos palabras.
10. OCTUBRE. He perdido el habla, pero no la habla
El artículo el se emplea con nombres femeninos que comienzan por a- o ha- tónicas: el asa, el hambre, el ancla, el habla… (y no la asa, la hambre, la ancla).
El indefinido una generalmente también toma la forma un en estos casos: un aula, un hada, un asa, un hacha. Pero no es incorrecto, aunque no sea frecuente, usar una: una hacha, una águila, una alma…
Asimismo, los indefinidos alguna y ninguna pueden adoptar en estos casos las formas apocopadas (algún alma, ningún alma) o mantener las formas plenas (alguna alma, ninguna alma).
Si entre el artículo y el nombre hay otra palabra, la regla queda sin efecto: la misma agua, la extensa área… Los adjetivos han de concordar en femenino: el agua clara, el hacha afilada…
Los demostrativos y adjetivos determinativos (todo, poco, mucho, otro…) deben usarse en femenino: esta hacha, toda el agua, aquella misma aula...
11. NOVIEMBRE. ¿La mitad aprobó o la mitad aprobaron?
Ambos: estructuras como la mayoría de los manifestantes, el resto de los alumnos y la mitad de los presentes permiten concordar en singular y en plural, siendo más habitual la concordancia en plural.
12. DICIEMBRE. A ver y haber
Se escribe a ver:
- Cuando se combinan a y ver en sentido literal: Fue a ver a su abuela.
- En oraciones que empiezan por a ver si: A ver si vas a ver a tu abuela.
- Seguido de un interrogativo: A ver quién sabe cómo se llama su abuela.
- Como expresión independiente: A ver, ¿qué le pasa a tu abuela?
Se escribe haber:
- Cuando es el infinitivo de haber, también como auxiliar. No se puede aprobar sin haber presentado el trabajo.
- En construcciones con haber + participio con las que se le recrimina a alguien una situación pasada: Haberlo dicho antes, haber estudiado.
BONUS. Todos y todas sois bienvenidos y bienvenidas
La RAE insiste en su Libro de estilo en que "el carácter no marcado del masculino hace innecesario el desdoblamiento en la mayor parte de los casos". Eso sí, también añade que usar los dos géneros es normal "como muestra de cortesía" en encabezamientos o en caso de duda. No considera válido el uso de arrobas o de otras letras, como en "chiques" o "chicxs".
Es decir, se recomienda, por ejemplo, “consejo de ministros” y no “de ministros y ministras” o “de ministras”, aunque actualmente haya más ministras que ministros.
Eso sí, tal y como ya nos contaba Fundéu, si estos usos se generalizan y el uso del femenino o del desdoblamiento se convierten en “un consenso tácito en la mente de los hablantes”, la RAE “notaria de la lengua, previsiblemente registrará que el masculino ya no es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto".
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