sábado, 30 de marzo de 2013

¡Y se hizo la IPhone!



Y al principio Dios creó el cielo y la tierra y a continuación, el hombre creó la iPhone.

La tierra era algo informe y vacío y la iPhone, era rectangular y plana.

Entonces Dios dijo: "¡Hágase la luz!". Y la luz se hizo.

El hombre dijo: "¡Hágase la iPhone!". Y ésta se fabricó.





Dios vio que la luz era buena, y la separó de las tinieblas.
El hombre vio que la iPhone era necesaria, y la hizo imprescindible.


Y Dios llamó Día a la Luz y Noche a las Tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana. Este fue el primer día.


Y el Hombre llamó iPhone a la tecnología y a no tenerla, prehistoria.


Así hubo un antes y un después en la historia de la humanidad.













jueves, 28 de marzo de 2013

Miguel Hernández "No quiso ser"


Hoy hace 71 años murió Miguel Hernández, con tan solo 31 años, en la enfermería de la prisión de Alicante.Vaya por delante mi homenaje a este gran poeta español.





(Orihuela, 30 de octubre de 1910 – Alicante, 28 de marzo de 1942) fue un poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono de la generación del 27».










No conoció el encuentro
del hombre y la mujer.
El amoroso vello
no pudo florecer.

Detuvo sus sentidos
negándose a saber
y descendieron diáfanos
ante el amanecer.

Vio turbio su mañana
y se quedó en su ayer.

No quiso ser.






jueves, 21 de marzo de 2013

Percy Bysshe Shelley .... El poeta inglés desconocido

(Field Place, 1792 - golfo de La Spezia, 1822) Poeta británico. Cursó estudios en Eton (1804-1810) y en el University College de Oxford, de donde fue expulsado (1811) por la publicación del libelo La necesidad del ateísmo. Ese mismo año, en Londres, se enamoró de una joven de 16 años, Harriet Westbrook, con quien, tras huir y casarse, vivió en el distrito de los Lagos, en York, en Irlanda y en el País de Gales, donde escribió su primer poema importante, La reina Mab (1813).

De nuevo en Londres, conoció a W. Godwin, de cuyo pensamiento filosófico se declaró seguidor, y se enamoró de su hija Mary, con quien marchó al continente en 1814 y con quien se casó en 1816, año en que publicó Alástor o el espíritu de la soledad y en que, durante una estancia en Suiza, conoció a Lord Byron.

A su regreso en Londres, se enteró del suicidio de Harriet y perdió la tutela de los dos hijos que había tenido de su primer matrimonio. Aquejado de tisis, abandonó su país y en 1818 se instaló en Italia en compañía de Mary. Vivió en Milán, Lucca, Venecia, Nápoles y Florencia y escribió durante sus últimos cuatro años de vida sus obras maestras: el drama líricoPrometeo liberado (1819), la tragedia Los Cenci(1819), diversos poemas líricos (Oda al viento del OesteOda a una alondraLa mimosa y la Oda a Nápoles), la elegía Adonais (1821), inspirada por la muerte de John Keats, y el tratado La defensa de la poesía (1821).
Shelley es uno de los principales poetas de la segunda generación de románticos ingleses. Su obra está impregnada de idealismo y de fe entusiasta en el futuro de la humanidad, pero también de melancolía ante las desdichas de la existencia; en ella desempeña un importante papel la naturaleza, concebida como vínculo entre el hombre y los valores absolutos.


" La poesía es un recuerdo de los mejores y más felices momentos de los mejores y más felices ingenios.".
Percy Bysshe Shelley




martes, 12 de marzo de 2013

Alice Munro se mete en "La Piel que hábito" de Almodóvar

He de reconocer después de ver "La Piel que hábito" de Pedro Almodóvar por segunda vez;  aparte que es una gran película, nada que ver con la última, el manchego sabe seleccionar sus lecturas. Y me reafirmo en mi teoría de que, además de excelente director y guionista, es un hombre culto.

Así nos lo demuestra, mostrándonos un primer plano de la novela de Alice Munro, Escapada, en las manos de la protagonista de cinta, Elena Anaya. Concretamente esta portada.


Que los cuentos de Alice Munro son especiales lo ha dicho mucha gente. No se parecen a los de nadie, está claro. Escapada también nos deja a sus lectores perplejos y asombrados, pero con la conciencia de que conocemos un poco más el alma humana.

Son sus cuentos historias largas, de muchas páginas, en las que los protagonistas son siempre mujeres. Con continuos saltos al pasado que a veces nos despistan y consiguen que volvamos a páginas anteriores para releerlas y comprobar que no nos hemos perdido nada, Munro consigue en estos cuentos raros, que a veces abarcan muchos años, en los que nunca sucede nada especial, meternos en las vidas de sus mujeres protagonistas, que no son excesivamente fuertes, ni resolutivas, pero a las que llegamos a comprender sin saber muy bien por qué.

La autora narra las vidas de sus personajes —lo que hacen, lo que les sucede— pero también nos las explica haciendo incisos, dando vueltas, centrifugando la acción, como si añadiera piezas a un puzzle que, de todas formas —lo sabemos desde el primer cuento— queda siempre incompleto porque la vida es demasiado compleja, enmarañada, rica en matices, para poder capturarla en su totalidad. Ni siquiera se consigue en unas páginas de buena literatura, parece decirnos. 

Pero en Escapada Munro da un paso más para presentarnos a sus personajes y nos muestra a una misma protagonista, Juliet, en tres cuentos, en tres etapas de su vida. En el primero va al encuentro de un amor presentido; en el segundo visita, ya madre de una niña, a sus padres ancianos y los mira con ojos de adulta, juzgándolos; y en el tercero vemos a Juliet, víctima de sus actos anteriores y de la vida misma, abandonada y juzgada por su propia hija. Son tres cuentos que se complementan y que, con los mismos personajes, formando un círculo imaginario, nos tiñen la mirada con una pátina triste y al mismo tiempo irónica. Por lo visto esto es la vida: dar vueltas para acabar en el mismo sitio, pero más cansado.

domingo, 10 de marzo de 2013

"El ladrón de palabras" (Words) de Brian Klugman y Lee Sternthal, me roba una gran historia



Un hombre (Dennis Quaid) en una tarima frente a un montón de gente. Tiene un libro frente a él y empieza a leerlo, y en él se cuenta la historia de Rory y de Dora, y de un extraño anciano que parece acecharlos. Así empieza la historia, y la película.

El argumento trata de historias anidadas unas dentro de otras, y durante el transcurso del metraje veremos tres “realidades” diferentes: una es la del escritor Clay Hammond (Quaid), que en primer lugar empieza a leer la historia que cuenta en su libro, esa historia que habitan Rory (Bradley Cooper) y Dora (Zoe Saldana). En esa historia, Rory y Dora son una joven pareja que se traslada a vivir a Nueva York, donde intentan alcanzar sus sueños. Rory es escritor e intenta ganarse la vida con ello, aunque de momento no lo consigue. Tiene un libro escrito e intenta que algún agente literario le abra camino en el mundo editorial, pero aunque su trabajo es bueno (y así se lo hacen saber) no consigue publicarlo. Recibe decenas de negativas – en persona, por carta – y se desespera. Pero un día su mundo se da la vuelta, cuando encuentra un manuscrito que va a cambiar su vida. Es una novela, una novela escrita por otra persona. Al principio no sabrá que hacer, pero por esas cosas que pasan, al final la hará pasar por suya y eso tendrá consecuencias.

La película se desarrolla en dos tiempos. Uno es el tiempo de Rory y Dora, el actual; otro es el tiempo de un joven que vivió una apasionada historia de amor con Celia, una camarera francesa. Esa historia, en total, es la historia de un libro. El libro que le dio el éxito y la fama a Rory, éxito y fama que buscaba y no pudo conseguir por sus propios medios, libro que en realidad es la historia de otra persona. Las palabras a que se refiere el título, fueron las palabras que tomaron forma y se convirtieron en un libro en dos semanas. Luego, aparte de esas historias, está la que le adivinamos al propio escritor de todo, Clay, y del que, sin saber mucho, acabamos por adivinar algunas cosas.



De la pelicula, personalmente, destaco las partes de la historia dedicadas a las analepsis (flashbacks). Jeremy Irons en su papel de viejo se come la pantalla, dejando a Bradley pendiente de mucho que aprender. Cooper, con un físico envidiable, hace lo posible por resultar creíble como escritor, cada vez que aparece. Dennis Quaid, brillante en sus diálogos, para mí no alcanzan el interés y el encanto de las partes de analepsis (flashbacks), o de los momentos en que el personaje de Jeremy Irons nos narra su historia. Es una película con un interés que se mantiene, especialmente por los grandes temas que trata, (frustración, miedo, ser amado por los motivos equivocados…) 
Así que en mi opinión la película tiene un núcleo argumental interesante y buen “material” (actores, medios técnicos) que dan como resultado una gran historia, digna de ser robada.


sábado, 9 de marzo de 2013

Roberto Bolaño vuela con Almodóvar y sus Amantes Pasajeros



He de reconocer que no deja de sorprenderme. Pedro Almodóvar lee, conoce, o ambas cosas a Roberto Bolaño. Y así nos los muestra en uno de los primeros planos de uno de sus amantes pasajeros. Bolaño viaja con un asesino a sueldo argentino, cuyo destino es incierto.
Ciertamente, Almodóvar podría haber hecho una gran película. Tenia todos los ingredientes, entre ellos un entramado surrealista. Me temo que no los ha sabido aprovechar. Se ha conformado con hacer una comedia floja, que la intentan salvar un elenco de actores brillante.



La película empieza con mucho brío, para desembocar en un un final previsto a los quince minutos de comenzar. Eso si, nos regala un trío de azafat@s poco usual, liderados por un Javier Camara EXCELENTE, como nos tiene acostumbrados.
Almodóvar redunda en diálogos repetitivos que recuerdan un pasado cutre, ya olvidado.

En fin, tendremos que esperar a que se ponga las pilas y escriba una gran historia. Quizá debería pedirle al amante pasajero que le preste a sus "Detectives Salvajes" y compartir el próximo vuelo.
¡Ánimo Pedro!


domingo, 3 de marzo de 2013

Los Fantasmas de Henry James








A Henry James se le reconoce la capacidad de haberse convertido en el puente con la novela decimonónica a través de sus encantadoras novelas refinadas, cosmopolitas y apasionadas. Pero debo confesar que me atrae más su vena espectral y fantástica, porque la maneja de una forma diferente a la acostumbrada, con un brillante y rebuscado lenguaje producto de su forma de escribir al dictado. En esta obra descolla con claridad una historia que pasa por ser el mejor relato de fantasmas, se trata de Otra vuelta de tuerca; pero a su lado emergen otras narraciones soberbias como El alquiler del fantasma, Sir Edmund Orne, Maud-Evelyn, La esquina alegre o Los amigos de los amigos -se necesita con urgencia una edición en castellano que compile todos sus relatos sobrenaturales, pues se encuentran dispersos o en el mejor de los casos en ediciones ya descatalogadas-.
Sin embargo los fantasmas de Henry James a veces no son tales, porque sólo existen en la medida en que nosotros creemos; "Para que un caso empiece a maravillarme, tengo que empezar a creer...para empezar a darlo a conocer (es decir, ocuparme de él) tengo que empezar a aceptarlo, y para disfrutar de ese beneficio tengo que empezar a ver, oír y sentir" nos dice el escritor. Henry James consigue dar credibilidad a sus fantasmas a través de la experiencia de un observador que es nuestra visión de la historia y así el relato se convierte en "nuestra emoción, nuestra distracción, nuestro estremecimiento y nuestra incertidumbre". De hecho, en muchos de sus relatos es dudoso que existan fantasmas, porque James juega con esa ambivalencia, mezclando datos y hechos objetivos con brumosos e inciertos acontecimientos y así una historia aparentemente sencilla comoOtra vuelta de tuerca ha generado centenares de teorías y artículos sobre la certeza de la existencia de fantasmas o no, sobre si éstos son simples delirios neuróticos de una reprimida institutriz o verdaderos seres visibles para quien los acepta; en definitiva una obra maestra que invita a la reflexión. En Sir Edmund Orne, el fantasma es visto por tres personas en momentos exactos y la cuestión es saber quién y porqué lo ven. Maud-Evelyn no tiene ni siquiera fantasma, pero las personas actúan como si la maravilla sobrenatural se hubiera producido. En La esquina alegre, un cuento que retiene datos autobiográficos, pues habla de la historia de un neoyorquino que retorna a la que era su casa tras muchos años de estancia en Europa, se nos presenta uno de los fantasmas más difíciles, ya que el protagonista se pretende buscar a sí mismo en la mansión, o lo que es lo mismo a aquel que hubiera sido de haberse quedado en la ciudad. Auténtico tour de force llevado soberbiamente por James.
Los fantasmas de Henry James son tremendamente absorbentes para aquel que quiere creer. Ese es el reto que nos propone el autor y su lectura es la invitación que yo os hago.